DESCUBRIR MI NIÑA INTERIOR
- Luh Setiti Ningseh
- 21 nov
- 16 Min. de lectura
TRABAJO DE FIN DE CURSO DE LUH SETITI NINGSEH
Hola soy Luh Setiti Ningsih.
Este trabajo me dedico a mí.
Durante muchos años, sentí que algo dentro de mi pedía atención. Un sentimiento de vacío constante, me sentía abandonada, insegura y tristeza que no sabía de dónde venía. Reflexioné conmigo misma y comencé a escuchar la voz de mi niña interior, era parte de mí que necesitaba ser vista, abrazada, dar amor y sentirme acompañada.
El proceso de sanarme no fue inmediato, fue lento pero profundo y transformador. Conectar con ella es un camino para entenderla y sanar las heridas emocionales del pasado. Al través del yoga y de la meditación guiada, al trabajar mis emociones, aprendí a conocer las heridas de mi infancia sin juzgarme, y sobre todo aprendí a transformar el dolor en fuerza y compasión.
1. Infancia y el sentimiento de abandono.
Me sentía abandonada desde que nací. Mis padres se separaron antes de que yo naciera, y crecí bajo el cuidado de mis abuelos. Ellos me dieron cariño, pero a veces la ausencia de mis padres era un vacío silencioso que me hacía sentir un dolor muy profundo. Aprendí desde pequeña que debía ser fuerte, aunque por dentro sentía miedo, inseguridad, soledad y tristeza.
Tenía 5 años cuando yo podía memorizar todo que había pasado alrededor de mí. Lo que más me dolía fue saber que mi padre se casó con otra mujer que viviendo conmigo en lo mismo techo ni siquiera se acercaban a mí a darme un abrazo. Mi madre vivía en otro pueblo a 10 kms de distancia y ni tan siquiera venía a visitarme.
Recuerdo los días en que veía a otros niños con sus padres, tomados de la mano, y hacía sentir mucha angustia. No entendía por qué mi historia era diferente, y no había nadie que me enseñara a entenderlo. En mi infancia, me sentía que me han abandonado y me convierte en una sombra que me acompaña cada decisión, cada emoción castigada.
2. Mudanza y responsabilidad temprana.
Al crecer a jovencita, me mudé a la ciudad para encontrar trabajo y cuidar a los niños como niñera. Fue un cambio drástico, la vida en casa de mis abuelos era cálida pero limitada, y ellos demasiados primitivo, ni puedo salir o jugar con mis amigos, me sentía atrapada. Mientras en la ciudad era diferente, rápida y exigente, peligro y también insegura. La independencia me exige a madurar antes de tiempo. Aprendí a manejar hogares, responsabilidades y emociones de manera casi automática, sin permitirme detenerme a sentir de vacío. Cada vez me sentía desafortunada, tengo padres, pero no me querían. Ni tan solo ¨ ¿Qué tal estas por ahí? ¨, nada.
3. La pérdida temprana del amor y la maternidad.
Cuando tenía 21 años, me quedé embarazada. Mi novio, con quien había planeado casarme, murió dos semanas antes de nuestra boda. El dolor fue devastador. Me sentí completamente sola, cargando con el peso del dolor de la muerte de la pareja, y con el miedo de enfrentarme a la maternidad en medio de la soledad y la incertidumbre.
Durante años, me costaba aceptar mi nueva realidad. Cada día era un desafío al cuidar de mi hijo mientras procesaba la pérdida y mi propia historia de abandono. Me sentía atrapada entre la tristeza del pasado y la responsabilidad del presente. El tiempo pasó, yo lo sabía voy a tener un hijo, mi instinto era muy fuerte y lo podía sentirlo como me deseaba, y llegó el día en que nació mi hijo, un día maravilloso que jamás olvidare en mi vida. Estoy muy agradecida porque desde su nacimiento mi vida ha cambiado, es más feliz, más animada y ya no me centro en la tristeza. Desde entonces, es como si viviera en un mundo diferente. Gracias a mi hijo por elegirme.
4. Matrimonio, cambio de país y la pandemia
En 2019 me casé con un chico de España y nos mudamos juntos. Al principio, sentí ilusión y esperanza, ya que la vida parecía ofrecerme un nuevo comienzo. Pero la llegada de la pandemia de COVID-19 cambió todo. La incertidumbre y el miedo me estaban afectando mucho. Los pensamientos de rendirme, de fracaso y de temor volvían atormentar. Esteve a punto de rendirme, deseando volver a mi país para huir de la ansiedad que me había consumido. Fue entonces cuando comencé a buscar herramientas para sobrellevar el dolor y reconectar conmigo misma. Durante este periodo, comprendí que la resiliencia no consiste en evitar el dolor, sino en enfrentarlo con presencia y amor. Fue cuando decidí acercarme al yoga y a la meditación.
5. Descubrimiento del yoga y de la meditación.
Al principio, el yoga me parecía un simple ejercicio físico, pero pronto descubrí que era mucho más que eso. Cada postura me conectaba con mi cuerpo y con emociones que había mantenido reprimidas durante años. Aprendí que mi cuerpo guardaba la memoria de la niña que fui: los hombros tensos, el abdomen rígido y el cuello encogido hablaban de miedo y dolor reprimidos durante años.
La meditación me enseñó a observar mis pensamientos y emociones sin emitir ningún tipo de juicios. Empecé a sentarme casi cada día, aunque fuera cinco minutos, respirando conscientemente y dejando que cada sentimiento surgiera y se fuera sin resistencia. Descubrí que podía abrazar mi propia historia con compasión.

6. Educar, Sanar y Acompañar a Mi Niña Interior.
Unos de los ocho pasos descritos por el sabio Patanjali en los Yoga Sutras.
YAMAS – Los principios de conducta universal.
¿Cómo me comporto con los demás?
Ahimsa (No violencia): Ser amable, no hacer daño con palabras ni acciones.
En práctica: Hablar con respeto, no gritar, tener paciencia.
Paz interior. En mi experiencia sentirme más tranquilo.
Ya no reaccionas con tanta rabia o frustración, y tu mente se vuelve más suave.
Satya (Verdad): Ser sincero conmigo y con otros.
En práctica: No fingir, decir lo que piensas con cariño.
Claridad y confianza. En mi experiencia, sentirme más libre porque vivo con honestidad.
No necesito fingir ni esconder nada, y eso me da seguridad en mí misma.
Asteya (No robar): No tomar lo que no es mío.
En práctica: Respetar el tiempo y el trabajo de otros.
Respecto y gratitud. En mi experiencia, lo valoro más lo que tengo.
Aprecio el esfuerzo de los demás y me siento agradecida por mis propias cosas.
Brahmacharya (Moderación): Usar bien mi energía, sin exagerar.
En práctica: Descansar, no abusar del móvil o la comida, buscar equilibrio.
Energía y equilibrio. En mi experiencia, me noto más energía.
Me siento menos cansada y más concentrada, con la mente más clara.
Aparigraha (No apego): No aferrarte a cosas o personas.
En práctica: Aceptar los cambios, soltar lo que ya no lo necesite.
Libertad y ligereza. En mi experiencia, me siento menos cargada con preocupaciones.
Me sientes más libre, ligera y abierta a los cambios de la vida.
NIYAMAS – Las reglas de conducta a personal.
¿Cómo me cuido a mí misma?
Saucha (Limpieza): Mantener limpio mi cuerpo, mente y mi entorno.
En práctica: Tener mi espacio ordenado, pensar en positivo.
Sensación de frescura y orden. En mi experiencia me siento más ligero, tanto por dentro como por fuera.
Mi mente está más clara, mi espacio más ordenado y siento bienestar.
Santosha (Contentamiento): Estar agradecida con lo que tengo.
En práctica: Disfrutar los pequeños momentos, no quejarme tanto.
Alegría y actitud. En mi experiencia, aprender a disfrutar lo que tengo.
Sonríe más por las cosas simples del día.
Tapas (Disciplina): Esforzarme y ser constante.
En práctica: Cumplir los deberes, aunque me cueste.
Fuerza y determinación. En mi experiencia, sentir más fuerte y capaz.
Al cumplir mis compromisos, aumenta mi confianza y la autoestima.
Svadhyaya (Autoconocimiento): Conocerme a mí mismo.
En práctica: Pensar por qué hago lo que hago y aprender de mis errores.
Comprensión y autoconocimiento. En mi experiencia, entiendo mejor y ver las emociones con más claridad.
Ishvara Pranidhana (Confianza o entrega): Aceptar lo que no puedo controlar.
En práctica: Confiar en la vida y soltar un poco el control.
Serenidad y fe. En mi experiencia, acepto lo que la vida trae y confío en que todo tiene sentido.
7. El yoga mejorar el bienestar, físico y mental.
El yoga me ayuda cuidar mi cuerpo como a una niña, me enseña a escuchar mi cuerpo sin forzarlo, a moverme con suavidad y agradecerle lo que me permite hacer cada día.
El yoga calmar mi mente y sanar mis emociones, me ayudan soltar emociones guardadas, a entenderlas y transformarlas con cariño.
El Yoga me reconecta con alegría y inocencia. Cuando practico con una actitud ligera sin exigencia disfrutando el movimiento, mi niña interior vuelve a reír, explorar y disfrutar el momento presente.
El yoga como abrazo interior. Cada respiración profunda, cada momento de silencio, cada postura sostenida con amor es como darme un abrazo a mi niña interior.
Karma yoga
Karma Yoga es el camino de la acción. Consiste en realizar trabajo sin apego a los resultados o recompensas, con el objetivo de purificar el corazón y trascender el ego.
¿Cómo afecta Karma Yoga a la vida?
Transformar a mi manera de actúa mis acciones dejan de ser automáticas o por obligación. Empiezo actuar con propósito y atención. Me sientes más presente, responsable y conectado con lo que hago. Por ejemplo, cocino no solo para alimentar, sino como un acto de amor hacia a mi y mi familia.
Calma mi mente y el ego. Dejar de buscar aprobación o recompensa, mi mente se libera de la presión de hacerlo perfecto.
Fortalecer el corazón y despierta de la compasión. Comenzó sentir empatía por los demás y aprender que todos compartimos las misas necesidades.
Me enseña soltar el control. Recuérdame puedo hacer lo mejor pero no puedo controlar los resultados.
Bhakti yoga
Bhakti yoga es el camino de la devoción y el amor hacía lo divino. Una vía espiritual que busca la unión con lo divino a través de la entrega incondicional, la oración y canto de mantras.
¿Cómo afecta Bhakti Yoga a la vida?
A través del amor y la devoción comienzo a liberare mociones reprimidas como el miedo, tristeza y el enojo. Por ejemplo, cuando agradezco sinceramente por mi vida o por una persona, mi corazón se llena de calor y de serenidad.
Reconozco que no estoy sola. Creo en Dios, en el universo o en la vida misma, siento una presencia amorosa que me acompaña.
Aprendo amar sin esperar tanto de los demás. Me siento más paciente y comprensiva.
Convertir cada acto en una ofrenda: cocinar, cantar, bailar, trabajar, todo se vuelve un acto de amor.
Jñana yoga
Jhana yoga es el camino del conocimiento. Es una senda espiritual que busca la liberación a través de la sabiduría.
¿Cómo afecta Jñana Yoga a la vida?
Me ayuda a comprender quién soy realmente. Me invita mirar más allá ¿Quién soy detrás de todo eso?
Cuando descubro que soy más que mis pensamientos o mis miedos, aprendo vivir con libertad interior.
Miro los pensamientos y emociones como un observador, sin reaccionar inmediato.
Me enseñe que todo estamos conectado y que la separación es una ilusión. Por ejemplo, dejarme comparar con los demás. Empiezo sentirme todos somos iguales.
Raja yoga
Raja yoga es el camino del control mental y físico. Se considera un enfoque científico y sistemático para lograr la autorrealización y la liberación espiritual mediante el control de las ondas mentales.
¿Cómo afecta Raja Yoga a la vida?
Me ayuda a observar a la mente y dirigirla hacia la calma, en lugar dejarme llevar por ella. Por ejemplo, cuando me siento abrumado, uso la respiración o la meditación para calmarme, y descubro que puedo manejar mejor la situación.
Me ayuda a enfocar mi atención en una sola cosa.
Me ayuda entender y transformar las emociones. Aprender responder con calma, en lugar reaccionar con impulsividad. Por ejemplo, si algo me molesta, en lugar discutir, respiro, observo mi emoción y elijo responder con serenidad.
Descubro dentro de mi hay una mente más profunda y tranquila. Comienzo guiarme más a mi voz interior que el ruido exterior.
8. Asanas Para Equilibrar.
La palabra asana y el origen viene de la raíz sánscrita que significa ¨sentarse¨. Se realiza en posición sentada con las piernas cruzadas manteniéndote en contemplación.
Asanas son las posturas de yoga y originalmente se referían a la postura de meditación sentada, y ahora incluyen todas las posiciones físicas para equilibrar el cuerpo y la mente. Su práctica tiene como objetivo reparar el cuerpo físico para la meditación, fortalecer y equilibrar el cuerpo y la mente.
Posturas de Pie, fundamentales para fortalecer las piernas, mejorar el equilibrio la consciencia corporal. Algunas posturas de pie comunes incluyen la Postura de montaña (Tadasana), la Postura del Guerrero (Virabhadrasana), la Postura del Árbol (Vrksasana), la Postura de la Pinza (Uttanasana).
Posturas de Flexión y Posturas Sentadas, llamadas Upavistha Sthiti y utilizadas para estirar la columna, las piernas y las caderas. Promueven la calma mental. Estas posturas Incluyen (la Postura del Héroe (Virasana), La Postura de Bastón (Dandasana), la Postura de la cabeza a la Rodilla (Janu Sirsasana) y la Postura de Giro de Savio (Marichyasana).
Posturas de Torsión o Parivrtta Sthiti, que hacen girar la columna vertebral, pudiendo hacerse sentado, de pie o tumbado. Ejemplos Bharadvajasana I y Marichyasana III.
Posturas de Barco, para fortalecer el abdomen. Se realizan sentado sobre los isquiones y levantado el torso y las piernas del suelo, formado una figura que se parece a un barco.
Posturas Pasiva, con las que el cuerpo se relaja profundamente. La cabeza se apoya en soportes como cojines y la gravedad hace el trabajo de estirar. Por ejemplos la postura Supta Virasana y Shavasana.
Posturas Pronas, generalmente posturas en flexión hacía atrás o boca abajo. Por ejemplo Chaturanga Dandasana, Adho Mukha Svanasana.
Posturas de Extensión, que implican una flexión hacia atrás de la columna vertebral, expandiendo el pecho y la parte frontal del cuerpo. Por ejemplos, Bhujangasana y Danurasana.
Posturas de Inversión, posicionando la cabeza en el suelo y las piernas hacia el techo. Son una excelente manera de mejorar la circulación, fortalecer el cuerpo y calmar la mente. Existen variaciones para todos los niveles. Algunos ejemplos incluyen la postura de la Vela (Sarvangasana) y la del Pino (Shirsasana).
Posturas de Equilibrio, que se caracterizan por la estabilidad sobre un punto del apoyo como un pie, las manos o las caderas. Posturas populares incluyen la Postura de la Silla (Utkatasana) y la Postura de Árbol (Vrksasana).
9. Respiración
La respiración es la llave para acceder al bienestar físico, emocional y mental. Incluso es la puerta hacía la parte más profunda del ser.
o Cuerpo y respiración
La respiración es un proceso de intercambio de oxígeno. Un proceso vital para que las células funcionen. El cuerpo utiliza el aparato respiratorio (nariz, pulmones, diafragma) para este intercambio, donde el oxígeno pasa de los pulmones a la sangre, y el dióxido de carbono de la sangre a los pulmones para ser expulsado del cuerpo.
o Mente y respiración
La respiración influye directamente en la mente, calmar y mejorar la concentración al conectar el momento presente. Respirar profundamente de forma consciente reduce el estrés, la ansiedad y la tensión muscular. A su vez, la respiración nasal mejora la oxigenación y la memoria.
o Alma y respiración
La energía vital que se mueve que se conectar las capas del ser más manifestadas con las sutiles. Es el nexo unión, la puerta hacía nuestra espiritualidad.
Las diferentes Técnicas de Respiración.
Algunas de las técnicas de respiración me ayudan a vivir mejor cada día.
Respiración Natural/ Abdominal: es una técnica que utiliza el diafragma para expirar e inspirar profundamente, usando los músculos abdominales para expandir el abdomen al inhalar y contraerlo al exhalar. Me ayuda aumenta la conciencia y autoconocimiento, disminuye la reacción emocional.
Yóguica completa (Dirga Pranayama): es una técnica de respiración, se realiza a los tres tipos de respiración, abdominal, torácica y clavicular. Me ayuda a conectar al presente y conectar a mi cuerpo.
Respiración Ujjayi (Respiración Victoriosa u Oceánica): es una técnica de respiración consciente que se practica inhalando y exhalando por la nariz, generando un sonido suave y sibilante al contraer ligeramente la glotis. Me ayuda bajar el estrés, ansiedad, sube mi energía y ayuda sentirme más presente y conectado con mi cuerpo.
Respiración Nadi Shodhana Pranayama (Respiración Alterna por las Fosas Nasales – Anuloma Viloma): es una técnica de yoga que consiste en inhalar y exhalar por una fosa nasal a la vez, alternado entre ambas para purificar los canales energéticos, y calmar la mente y preparar el cuerpo para la meditación. Me ayuda bajar tensión y nerviosismo. Mejorar mis concentración y enfoque.
Respiración Khapalabhati (Respiración del Fuego o Cráneo Brillante): es una técnica de respiración yóguica que consiste en exhalaciones enérgicas y rítmicas por la nariz, provocando una contracción activa del abdomen. Me ayuda aumentar la energía y vitalidad. Ayuda liberar emociones acumuladas.
Respiración Brahmari Pranayama (Respiración de la Abeja Zumbadora): es la técnica respiración yóguica que imita el zumbido de una abeja para calmar la mente. Me ayuda reducir el estrés y la ansiedad, además de mejorar la concentración.
10. Meditación
La meditación es una práctica mental y corporal que consiste en enfocar la atención para alcanzar un estado de calma y concentración. Al dirigir el enfoque hacia algo específico, como la respiración o un sonido, se busca minimizar los pensamientos distractorios y la tensión. El objetivo principal es relajar la mente y el cuerpo, mejorar el bienestar general y desarrollar la autoconciencia es una técnica para acceder al estado de Dhyana.
Posición correcta de meditar:
Forma de sentarse: La postura que adoptemos al sentarnos a meditar dependerá principalmente de la flexibilidad de nuestras caderas. Lo más lógico es que empecemos a meditar, de la forma que habitualmente nos sentamos.
Columna vertebral: Es importante que la columna vertebral esté siempre lo más recta posible durante la meditación. La forma de respirar puede ayudarnos a mantener la columna vertebral alineada, estirándola cada vez que cogemos aire.
Manos: En la mayoría de posiciones de meditación conocidas, se apoyan las manos sobre los muslos con las palmas extendidas.
Hombros: para mantener el pecho abierto y la espalda erguida, ayudar la postura llevando los hombros ligeramente hacia atrás. Durante la práctica, es importante que comprobemos de vez en cuando la postura, para asegurarnos que la columna se mantiene recta.
Cara: Debemos colocar el mentón ligeramente hacia adentro y la parte posterior del cuello alineada con el resto del cuerpo.
Mandíbula: es importante liberar cualquier tipo de tensión que mantengamos en la mandíbula antes de meditar. Esto lo podemos hacer antes de empezar la práctica, aplicando un pequeño masaje en la zona. También, podemos abrir ligeramente la boca y presionar la lengua contra el paladar para relajar la mandíbula.
Mirada: Para no interrumpir la práctica, se recomienda decidir si queremos meditar con los ojos abiertos o cerrados.
Postura de Meditación
Postura del medio loto - Ardha Padmasana. Una variación de una postura del loto completo para participantes.
Postura del loto completa – Padmasana. Es una postura de meditación que la tiene mayor dificultad y la más tradicional. Es una postura fundamental en el hinduismo y budismo, usada para meditación, la estabilidad y la concentración.
Postura Birmana: Conocida por ser más accesible y cómoda para personas con menos flexibilidad en las rodillas y las calderas.
Postura de Seiza: Es una postura en forma japonesa de sentarse sobre las rodillas. Esta técnica suele realizarse con la ayuda de un banco de meditación. Es sencilla y puede ayudar a la persona con dolor de las rodillas.
11. Ejercicios prácticos para sanar la niñez
Ejercicio 1: Respiración consciente para abrazar la emoción
Siéntate en un lugar tranquilo, con la espalda recta.
Cierra los ojos y lleva tu atención a la respiración.
Al inhalar, imagina que estás absorbiendo luz y calma.
Al exhalar, visualiza que liberas el dolor y la tristeza del pasado.
Repite durante 5-10 minutos.
Ejercicio 2: Visualización del niño interior
Cierra los ojos y recuerda tu yo de la infancia.
Visualízate abrazando a esa niña, ofreciéndole palabras de cuidado y amor.
Pregúntale qué necesita y escucha sin juzgar.
Termina diciendo: “Estoy aquí para ti, siempre”.
Ejercicio 3: Yoga para liberar emociones
Postura del niño (Balasana): para entregar cargas y descansar.
Postura del corazón abierto (Anahatasana o Cobra): para abrir el pecho y soltar tristeza.
Giro sentado (Ardha Matsyendrasana): para liberar tensiones internas y emociones reprimidas.
12. Reflexiones sobre mi niñez
Actualmente, practico yoga y meditación a diario. No por obligación, sino como un refugio donde puedo escucharme, sentir y reconectar conmigo misma. No siempre es fácil, hay días en que la ansiedad regresa, pero ahora sé cómo afrontarla. Mi cuerpo, mi respiración y mi consciencia son mis aliados. Cada clase que imparto, cada meditación que guío, me recuerda que la sanación es posible y que el amor propio es la fuerza más poderosa que poseemos.
Con el tiempo, empecé a notar que cada parte de mi cuerpo tenía un mensaje. Los hombros me hablaban de la carga que había llevado intentando ser la hija perfecta. El abdomen, de la angustia contenida por no sentirme segura. El cuello, del miedo a decir lo que pensaba. El yoga me enseñó a dialogar con esas partes. Por ejemplo, cuando hacía Anjaneyasana (la luna crecente) y abría el pecho hacia el cielo, sentía que por fin podía respirar libremente. En Balasana (el niño), me rendía y descansaba en la tierra, como un regreso simbólico al útero. En cada práctica, me reconciliaba con mi cuerpo, ese cuerpo que durante años había castigado con exigencias y silencios. Empecé a darme cuenta de que sanar la niñez no era volver al pasado, sino aprender a habitar el presente con el amor que faltó entonces. A través del yoga y la meditación, pude mirar mi niñez con nuevos ojos. Entendí que mis padres hicieron lo que pudieron, y que sus errores no me definían. Pude perdonarlos, no para justificar sus acciones, sino para liberarme del resentimiento que llevaba dentro.También aprendí a aceptar mi propia historia: cada abandono, cada miedo, cada pérdida. Comencé a ofrecerme a mí misma el amor que no recibí de niña. Aprendí a abrazarme, a reconocer mis logros y a validar mis emociones.
13. La transformación y la aceptación
Con el tiempo, mi práctica diaria me ayudó a sanar capas profundas de dolor. Comprendí que el pasado no puede cambiarse, pero sí puedo cambiar la forma en que lo llevo dentro. La niña que soy ahora existe acompañada de una adulta consciente y amorosa.
Aprendí a vivir el presente, a disfrutar de los momentos cotidianos, a conectar con mi hijo desde el amor y la paciencia, y a sostener la relación con mi pareja actual desde la comprensión y la ternura. La meditación me enseñó que cada pensamiento es una oportunidad de regresar a mí misma y que cada respiración consciente es un acto de sanación.

14. Un mensaje a mi niña interior
Hola, pequeña Luh. Soy yo, ya eres toda una mujercita. Sé que te esfuerzas mucho por ser amable. Sé que eres callada y silenciosa para no molestar a los demás. Está bien, pero no tienes que ser amable todo el tiempo. Quiero que sepas que puedes enojarte y aceptar todas tus emociones porque todas son válidas. Llora si tienes ganas de llorar, enójate si quieres enojarte, pero no te lo guardes, te hará más daño, déjalo salir, porque todas las emociones son temporales, nada es permanente en este mundo excepto el cambio. Tus padres te aman. No han estado ahí para ti el tiempo suficiente, no eran maduros ni tenían conocimientos suficientes, y es normal que estés triste por eso. Si no te permites sentir todas las emociones, te quedarás estancada. Te dolerá por dentro y te enfermará. Sientes lo que sientes y por eso te digo cosas importantes. No lo reprimas. Quiero que mantengas la curiosidad y los ojos abiertos a las cosas bellas del mundo. Encontrarás muchas personas buenas en tu vida. Solo tienes que dejarlas entrar en tu mundo. Crecer es difícil, pero estoy aquí para ti. No estás sola. Háblame cuando lo necesites. Siempre estoy aquí. No dejes que la tristeza te consuma. Sal y disfruta jugando en un jardín lleno de flores. Siente tus manitas con hermosos y coloridos dibujos. Disfruta de los momentos con tu guapo hijo y tu maravilloso esposo. Escribe tus historias únicas y no te preocupes por la ortografía. Y por favor, sé que recibirás mucho amor y muchos abrazos en tu vida. Ten paciencia. Pide lo que quieras y cree que eres especial, porque lo eres. Estoy muy orgullosa de ti. Te quiero.
Con cariño.
Te amo.
15. Reflexión final
Sanar la niñez significa reconciliarse con uno mismo y con los demás, aceptar la historia y vivir presente. El yoga y la meditación me enseñaron que el dolor no es el enemigo, sino un maestro que nos invita a mirar dentro de nosotros con ternura y paciencia. Hoy abrazo mi historia, me abrazo a mí misma y abrazo a la niña que fui. Camino por la vida con gratitud, presencia y amor puro. He aprendido que no importa lo dura haya sido la infancia, siempre es posible volver a casa… a la casa del corazón.
Palabras finales de inspiración
“No hay camino hacia la sanación que no pase por el amor propio. Cada respiración, cada abrazo, cada pensamiento consciente es un paso hacia la libertad del alma.”

































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